Oleo
2012
Esta pintura titulada "Pocho y Nelly y la Cadencia" captura la esencia del tango argentino a través de una pareja de bailarines experimentados. Pocho, mi suegro, y Nelly, su segunda esposa, representan a los viejos exponentes del tango, aquellos que encarnan la tradición y la elegancia de la vieja escuela tanguera.
La escena transcurre en una milonga tradicional, donde las luces tenues y los reflejos de colores vibrantes en el piso de madera crean una atmósfera íntima y nostálgica. Pocho y Nelly están en el centro de la composición, fundidos en un abrazo cerrado, símbolo del respeto y la conexión profunda característica del tango. Él, con un traje azul claro, guía con firmeza pero con suavidad, mientras ella, vestida de rojo, fluye con delicadeza, siguiendo cada movimiento con precisión.
Alrededor, otras parejas y mesas con botellas de vino y velas sugieren un ambiente clásico, donde cada detalle rinde homenaje a la cultura milonguera porteña.
La pintura no solo retrata una escena de baile, sino que encapsula una historia de amor, respeto y pasión por el tango. Pocho y Nelly son más que bailarines: son portadores de una tradición que sobrevive a través de cada paso, cada giro y cada mirada cómplice. La obra celebra la cadencia del tango, su capacidad para contar historias sin palabras, y cómo esta danza sigue siendo un refugio para quienes la viven con el alma.
