Creación de objetos artísticos a partir de elementos de descarte, resignificando materiales en desuso mediante procesos creativos que integran la reutilización con la expresión visual.
Diseño y realización de objetos híbridos que combinan diversas técnicas —ensamblaje, pintura, grabado, costura, collage.
Utilizando juguetes infantiles rotos —muñecas, carritos, piezas de plástico— como materia prima simbólica.es un diálogo entre lo lúdico y lo melancólico, explorando temas como la infancia perdida, el consumo y la resiliencia de los materiales.
Serie de Cartas de Tarot con diseños originales, elaboradas con una mirada personal que fusiona lo simbólico, lo arquetípico y lo onírico. Cada carta es una pieza única que combina dibujo, ilustración y composición poética, dando lugar a barajas que pueden ser tanto utilizadas para la lectura como contempladas como objetos artísticos en sí mismos.
La Maquina del Tiempo
Es una instalación que juega con la percepción y el tiempo mediante el uso de espejos, acrílico y litografía en papel de seda transparente.
La obra consta de cinco paneles de espejo, cada uno con tres cajas de acrílico organizadas en capas. En su interior, se presentan litografías de distintos tipos de relojes, representados en tres etapas:
- Parte interna del reloj – Mecanismos y engranajes que simbolizan el funcionamiento interno y la estructura del tiempo.
- Parte media – La conexión entre el mecanismo y la carcasa externa, representando la transición entre lo oculto y lo visible.
- Parte externa – La forma final del reloj, la percepción del tiempo en su totalidad.
Las litografías están impresas en papel de seda transparente, lo que permite una superposición de capas que genera profundidad y sensación de flotación a traves de cada panel de acrílico. Solo la base está impresa en papel blanco, proporcionando un punto de apoyo visual.
La obra propone una reflexión sobre la naturaleza del tiempo y la percepción. Los espejos multiplican y fragmentan la imagen, generando una sensación de infinito y reforzando la idea de la temporalidad como algo fluido y cambiante, haciendo que el tiempo no solo sea representado, sino también experimentado. La obra se convierte en una exploración del tiempo como algo relativo, variable en constante transformación y sugiriendo la idea del tiempo como una construcción infinita.
La superposición de las transparencias crea una estructura que simula el paso del tiempo, mostrando simultáneamente las diferentes fases del reloj en un solo objeto. Esto sugiere que el tiempo no es lineal, sino una acumulación de capas, donde el pasado, el presente y el futuro coexisten en una misma imagen.
Además, el uso del espejo involucra al espectador en la obra, integrándolo en la reflexión sobre su propia temporalidad y efimeridad.
Tiene un carácter dinámico y adaptable
El hecho de que los cinco paneles puedan colocarse a diferentes distancias agrega una dimensión espacial que resignifica la obra en cada montaje. Dependiendo de su disposición, pueden sugerir:
- Un flujo continuo del tiempo, si se colocan de manera progresiva.
- Un efecto de fragmentación y distorsión, si se separan o disponen en distintas alturas.
- Un diálogo entre pasado, presente y futuro, dependiendo de cómo interactúan las capas y los reflejos.
el calado en las impresiones de papel de seda añade una nueva dimensión a la obra, reforzando su carácter tridimensional y su relación con el tiempo y el espacio.
El calado transforma la obra en un sistema de veladuras y vacíos, donde la representación del tiempo no es estática, sino que se fragmenta y reconfigura según la perspectiva del espectador.
En conjunto, la obra se convierte en una exploración sensorial del tiempo, donde el pasado, el presente y el futuro no están delimitados, sino que coexisten en un juego de reflejos, capas y vacíos.